Nos encontramos con una película deliciosa, una gozada para nuestros sentidos, que nos enseña los valores del optimismo, la alegría y, ante todo, la tolerancia
http://www.cinencanto.com/crit_but/b_chocolat.htm
Si bien Chocolat es una historia en cierta manera ya conocida debido al aborde de las propiedades mágicas del chocolate y cómo realiza sus milagros en cuanto es saboreado por algún paladar, el filme es un encanto no únicamente en la metamorfosis de Vianne, su hija y el pueblo de Lansquenet, sino también en el despliegue de sus propiedades gastronómicas y en su delicada preparación. Por Mariana Fernández (@mariana_ferfab)
"Chocolat", una visión antropológica del film
La moral y la transgresión están representadas por los dos lugares concretos en los que transcurre la acción: la iglesia (que en realidad también está bajo la influencia del Alcalde) y la chocolatería. Y también en base a estos dos arquetipos están delineados los personajes principales: el Conde de Reynaud, líder de la comunidad, el cura; el marido abandonado y la madre castradora, por un lado; y Vianne, la vieja y decadente Armande (dueña del local que alquila Vianne) y la rebelde amiga Josephine (la mujer golpeada que se rebela), por el otro. En el medio, una serie de criaturas que poco a poco se van "cambiando de bando" y que completan la galería de personajes que desfilan por la casa de Dios y la del "pecado"(la chocolatería).
La intolerancia va ganando lugar en la narración. El conflicto de Chocolate se centra en esta idea que es trabajada en el film a través de situaciones cotidianas. La madre que le prohibe a su hijo ver a la abuela; la viuda que no puede romper el luto para volver a enamorarse; el alejamiento de Armande porque está vieja y enferma; la violencia del cantinero frente al abandono de su esposa. En definitiva, el rechazo por los que no piensan igual expresa –por extensión– ideas mucho más amplias y universales que tienen que ver con la marginación y la discriminación. Y todos cuando comen los chocolates de Vianne (hasta un perro) ven incentivadas sus ganas de hacer el amor, ser felices, desarrollar sus potencialidades.
El conflicto con el Alcalde aumenta con la llegada de Roux (Johnny Depp), quien junto a su grupo de gitanos "piratas" del mar redobla los prejuicios de la población sobre los "diferentes", los salvajes. Pero como toda fábula tiene su moraleja, en Chocolate no faltarán los arrepentimientos. Depp también aporta la cuota de romance que se merece la paciente y bondadosa Vianne y adorna un final esperanzado.
Los dulces son la pócima que transforma a los habitantes del lugar, quienes, junto con las recetas, aprenderán una lección.
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